La
estrella reconoce haber sufrido depresión en las dos primeras semanas
posteriores al nacimiento de sus gemelos, Max y Emme, ya que sentía que
no era capaz de establecer un vínculo afectivo con ellos y pensaba que
sus hijos no le querían.“Recuerdo que cuando nacieron los pequeños,
durante los primeros diez días o así, sentía que me pasaba algo extraño.
Me decía: ‘¿Qué me pasa? ¿Qué está mal conmigo?’. Estaba triste y
deprimida, y llegué a pensar que mis bebés no me querían”, reveló en la
revista Redbook.
Sin embargo, el paso del tiempo
ha demostrado que sus miedos e inseguridades como madre eran infundadas,
y Jennifer admite que en ese proceso de autoafirmación ha recibido
mucha ayuda de los personajes que ha interpretado en el cine.
“Es curioso, pero estuve leyendo
la novela que inspira mi última película para ver qué pasaba conmigo. El
libro explica que las mujeres tenemos esta repentina caída hormonal
durante los siete o diez días posteriores a dar a luz, y que tendemos a
estar de mal humor o deprimidas. Yo simplemente pensaba que mis hijos
no me querían”, explicó.
La diva neoyorquina tuvo a sus
gemelos hace cuatro años durante su matrimonio con Marc Anthony, de
quien se separó el pasado julio y con quien ya ha iniciado los trámites
del divorcio.
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